130m2 apuestan por un espacio totalmente reformado de concepto actual, convirtiendo una vivienda de pequeñas estancias en un piso diseñado para vivir solo. La reforma consistió en suprimir el antiguo pasillo distribuidor y reincorporarlo al salón, donde el muro de carga se sustituyo por una serie de pilares que consiguen dar un aspecto diáfano y moderno. En el salón, se abren el dormitorio principal, con una gran puerta doble que va de suelo a techo; la cocina, a través de dos puertas correderas de cristal; y la zona de despacho que, ocasionalmente, se usa como comedor. Para los distintos ambientes, se utilizaron los mismos materiales en toda la casa, como maderas en tono vengué del suelo y paredes que combinan negro sobre blanco, un contraste cromático en la vivienda. El estilo contemporáneo del mobiliario también se utilizo para lograr una unidad decorativa entre estancias, con piezas de diseño de líneas sobrias, “la luz es un factor sorpresa que sale desde puntos poco usuales”.