Situada en la emblemática calle 31 de Agosto de San Sebastián, fue uno de los primeros edificos reconstruidos después del gran incendio de 1813, que da nombre a la calle y que debastó el casco histórico de la ciudad.
Tras tres décadas deshabitada, la reforma de la vivienda de 63 m² pretende adecuarla a las actuales necesidades de la sociedad: estancias más amplias y luminosas y al mismo tiempo, devolver el carácter original a los espacios recuperando sus elementos singulares: el muro de mampostería, la solivería y vigas de madera y las bovedillas.
El avanzado estado de deterioro de la vivienda, derivado de su antigüedad y estado de abandono, ha obligado a llevar a cabo diferentes actuaciones de consolidación, refuerzo estructural y nivelación de lo suelos.