La casa se compone de dos volúmenes, público y privado, unidos a través de un gran puente-corredor vidriado. El terreno se caracteriza por una fuerte pendiente la cual condicionó que el programa se configurara en distintos niveles, dejando el volumen que alberga los dormitorios en el nivel más alto y con un gran voladizo hacia el norte. Se trabaja con celosía de madera nativa del sur de Chile.
Arquitectos: Juan Luzoro, Raul Chernilo. Colaboradores: Justyna Skrobanska. Fotógrafo: Pablo Blanco. Sup. construida: 230 m2.