​La eficiencia y estética de las ventanas de aluminio

Armando Cerra Armando Cerra
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Las ventanas de aluminio tienen como principal característica la eficiencia energética, especialmente gracias al sistema de rotura del puente térmico. Pero aunque su gran ventaja se relaciona con aspectos no visibles como el ahorro o la confortabilidad de la vivienda, las ventanas de aluminio también tienen sus propios valores estéticos, ya que en la actualidad se pueden realizar todo tipo de diseños, con lacados diferentes, para que su aspecto se integre a las mil maravillas tanto en la decoración del interior de la casa como en el estilo de la fachadas de cada construcción.

La elegancia del aluminio

Las ventanas con estructura de aluminio poseen una modernidad más que aparente y una elegancia innata. Siempre aportan un toque sofisticado a los ventanales, sean de las dimensiones que sean, ya que este material permite realizar estructuras de grandes longitudes. Y por otro lado las posibilidades estéticas que permiten, hacen que se diseñen para que se integren a la perfección en cualquier estilo decorativos, sea clásico o mucho más moderno.

Un material sumamente resistente

Por otra parte el aluminio en los cerramientos, hace que se disponga de unos elementos que no requieren de mantenimiento alguno. En la parte externa, la que está en contacto con los agentes meteorológicos, el lacado final que les da su color, evita cualquier tipo de corrosión, por lo que hace que tengamos unas ventanas extraordinariamente duraderas, tanto por su resistencia como por lo difícil que resulta que se dañen sus mecanismos de apertura.

Formas variables

Las empresas dedicadas a la metalistería de aluminio son capaces de crear ventanales de formas muy variadas. Por ejemplo, con ventanas en forma de arco como las que vemos en la imagen. Un recurso que incluso a veces se integra a la perfección en edificios antiguos, a los que se proporciona un aspecto renovador, sin olvidar las ventajas térmicas que poseen este tipo de cerramientos, mucho más herméticos que otros tradicionales.

Con aspecto antiguo

Si se desea que las formas de una ventanas de aluminio sean muy futuristas, evidentemente es posible. Pero al mismo tiempo el material también permite evocar los ventanales antiguos, en los que se cuida hasta el último detalle con las viejas persianas de lamas de madera o el emparrillado para la colocación de los vidrios. Si a eso se le suman la elección de las manetas más apropiadas, resultan unos diseños que son al mismo tiempo antiguos y modernos.

Ventanas abatibles

Otra de las grandes ventajas de optar por la carpintería de aluminio para nuestras ventanas o nuestras puertas de balcones y terrazas es que disponen de variados mecanismos de apertura. Al giro tradicional desde un eje vertical, es decir, la tradicional hoja de ventana, se puede sumar un giro desde un eje horizontal. O sea, son abatibles para que se abran de la forma más oportuna para que entren las corrientes de aire. Además, que una misma hoja de ventana disponga de distintos métodos de apertura no supone que sean más fáciles las averías. En absoluto. En cualquier empresa especializada como por ejemplo Atelierbas. Arquitectura y Construcción nos pueden informar sobre ello.

Adaptadas al clima

Precisamente esas posibilidades de distintos modos de apertura, hacen que las ventanas de aluminio sean más las adecuadas para cualquier tipo de clima. Teniendo en cuenta la meteorología de cada lugar, e incluso la orientación de la ventana donde se coloquen, se puede optar por aperturas varias, abatible hacia el interior o el exterior, en forma de hoja, desde arriba o desde abajo, combinar en un mismo cerramiento zonas móviles y otras fijas, etc. Además de que todo ello es aplicable para las ventanas o para las puertas de balcones o terrazas.

En la buhardilla

En el caso de las ventanas de una buhardilla, dadas las inclinaciones de sus paredes, las ventanas de aluminio se convierten en la mejor solución para su cerramiento  Las posibilidades de distintos modos de apertura y los sistemas de fijación del aluminio hacen que sean las más adecuadas, además de que se puede optar por distintos colores para integrarlas tanto en una buhardilla de estilo muy minimalista, como en otras de aspecto más rústico.

Soporte para una vidriera artística

Las vidrieras nos suenan a un arte muy antiguo, y casi propio de iglesias medievales de estilo gótico. Sin embargo, es una artesanía que ha resistido al paso del tiempo y lógicamente se ha renovado. Hoy en día, incluso una moderna ventana de aluminio de hojas correderas puede ser el soporte de una vidriera. Lo que eran las viejas emplomaduras que soportaban los vidrios tintados, se puede enmarcar por una moderna y geométrica estructura de aluminio, planteando un moderno contraste entre rectas y curvas, entre zonas traslúcidas y otras coloreadas. Además una vidriera siempre es única, así que nuestra ventana será diferente a cualquier otra.

Un lucernario

Los lucernarios se instalan en los techos y permiten la entrada de luz natural de forma cenital a toda una estancia. Para este tipo de elementos, el aluminio es un material muy apropiado, ya que con él se pueden generar estructuras muy resistentes pero al mismo tiempo muy livianas, ya que bastante han de pesar los vidrios. Además la parte externa de ese lucernario, en el mismo tejado, generalmente no dispone de un acceso fácil, por lo que el aluminio, al no necesitar de mantenimiento, es un magnífico recurso.

Eficiencia energética

Hemos citado distintas ventajas de las ventanas de aluminio, pero para el final dejamos la que realmente las convierte en el mejor cerramiento: su eficiencia energética. Eso se consigue gracias a lo que se ha denominado rotura del puente térmico. En la imagen vemos el interior de una de estas ventanas. Consiste en un marco de aluminio y varios vidrios aislantes. El doble cristal es extraordinariamente aislante, pero el aluminio no es buen conductor, por lo que en invierno podría dejar escapar un poco de calor, de ahí la condensación que a veces se observa. Sin embargo, con la rotura del puente térmico se evita el contacto entre su parte interna y externa, reduciendo así las pérdidas, algo que se hace con un perfil separador de plástico embutido en el propio aluminio. Esto además de conseguir la máxima eficiencia energética, también permite crear apariencias distintas entre interior y exterior, de manera que una misma ventana puede parecer muy rústica en la cara de la habitación y muy moderna desde el exterior, o viceversa.

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