Custom. Una palabra que habitualmente asociamos a las grandes motos pero que realmente lo que significa es personalizado
. Hacer algo custom
es darle nuestro toque, nuestro sello de identidad propio. ¿Por qué no íbamos a
hacer lo mismo con nuestra casa, hacerla custom? Pues lo dicho, vamos a ver
unos consejos para que el sitio donde vivimos emane nuestra propia esencia.
Porque sí, porque podemos. Todo, en verdad todo en una casa es personalizable.
Y aquí van unos cuantos trucos.
La silla. Un elemento imprescindible en cualquier casa. Todos tenemos que tener sitios donde sentarnos, obviamente. Pueden ser otra oda al eclecticismo, por supuesto. De hecho ahora es bastante habitual que cada silla sea de su padre y de su madre, completamente distintas. El estilo es tan libre como tu imaginación: desde una silla de IKEA hasta una caja de madera reconvertida. Si es tu idea, es válida, acuérdate.
Sí, también. Igual que puedes pintarrajearlas cual graffitti urbano, puede elegir qué tipo de puerta quieres tener o cómo quieres decorarla. Desde carteles y posters hasta diseñar o hacer tu propia puerta, como por ejemplo una estilo japonés, de papel traslúcido y listones finos de madera, sin ir más lejos. Y luego están los colores, que también puedes elegir tenerlos de mil maneras. Lo mejor de todo es que no hay reglas: puedes escoger ser sobrio y tenerlo todo igual o convertirte en el eclecticismo personalizado.
¿Cristal transparente o traslúcido? ¿Liso o rugoso? ¿Y el marco? Anda que no hay opciones para personalizar una ventana. Le podemos poner persianas o postigos, las cortinas que la vistan que sean más o menos vistosas y centren la atención y los marcos son todo un mundo aparte para explorar: que si lisos, que si barrocos, de madera, de metal o de plástico… vive la libertè!
Las camas no tienen por qué ser aburridas, van mucho más allá de un simple colchón sobre un somier. Para eso están también los canapés, o las camas-nido si tenemos pensado traer invitados a casa. O los futones si vamos más por el rollo hippy. O a lo mejor no queremos gastar tanto y preferimos un sofá cama (o dormir directamente en el sofá. ¿Y si en vez de todo esto la ponemos plegable? Pues también es valido, por qué no. Si quieres puedes incluso coger unos cajones viejos, cortarle una parte y crear tu propia cama. El espectro de posibilidades solo lo delimita tu propia creatividad.
Sí, también. Los baños son elementos altamente personalizables. Desde escoger los muebles, lavabos, bañeras o duchas, retretes etcétera hasta lo que queramos poner en paredes y suelo. ¿Baldosa, gres? La pared puede ser de mil tonos y texturas. Y más cosas, ¿queremos cortina o mampara? ¿En blanco inmaculado todo o de otro color más original? Es todo un submundo dentro de la decoración del hogar, así que libera tu mente de prejuicios y date una vuelta por tu baño, verás cómo le das un buen repaso y queda original y divertido.
Pocos elementos ofrecen más posibilidades de personalización. Las estanterías son el comodín por excelencia de tal cantidad de posibilidades que ofrecen. De pared o de pie, de madera, metal, plástico o cartón. De todos loscolores, formas y texturas posibles. Las puedes colocar donde te parezca y las puedes llenar con lo que quieras. Desde una humilde estantería hecha con cajas de fruta hasta un intrincado diseño de madera tallada, todo es importante y todo es adecuado siempre y cuando lleve la impronta del dueño de la casa. O sea, tú. Así de sencillo y así de elegante.
Mención aparte para estos mastodontes, posiblemente el mueble más caro de la casa. O no, porque como podemos customizarlo podemos incluso crearlo desde cero para que nos salga a bajo coste. Do it yourself, o DIY como dicen ahora en Internet. Un palé, un colchón y un tapizado sencillo y ya tenemos uno. O una visita a una tienda de muebles, que será más caro y menos propio, ahí ya como decidas. Pero como aquí estamos hablando de cosas propias lo mejor es que nos lo montemos por nuestra cuenta y le pongamos nuestro toque. Y lo mismo para los cojines y demás elementos que queramos colocar sobre ellos.
Vamos a lo básico y obvio: muros, tabiques, suelos, techos… todo esto es fácilmente personalizable y hecho a nuestro estilo. Coge brocha, rodillo, papel o lo que quieras y ponte a trapichear en la superficie. Ya seas creativo o no el resultado va a ser completa y absolutamente tuyo. No tengas miedo, todo es susceptible de ser personalizado. Incluso puedes dejarle a tu hijo que se arme de rotuladores e impregne su cuarto de su arte, por ejemplo. Cualquiera, absolutamente cualquier idea es válida.
Que no se nos olvide este objeto tan básico. Para poner ordenadores, para apoyar la comida o los vasos cuando hay fiesta. Las mesas son fundamentales, y pueden tener tanto de ti como estés dispuesto a dar. Ya quieras un estilo barroco y recargado y le pidas la mesa a tu abuela como si no tienes nada de dinero y prefieres hacerla con un par de cajas de cartón y una lámina de cristal que te has encontrado en la calle, lo importante aquí es, como siempre, que refleje lo que llevas dentro. Ten en cuenta además que la mesas dicen muchísimo de nosotros, es uno de los muebles que más se ven en la casa. Haz tu trabajo y hazlo bien.
“Que se haga la luz”, dijo Dios hace ya unos años. Y desde entonces el ser humano no ha dejado de inventar formas de manejarla, colocarla, adornarla y que sirva de mil usos más allá de la mera iluminación. Por eso las lámparas son tan básicas y ofrecen tantas posibilidades. ¿Por qué no coger un cuenco de cereales y convertirlo en una, por ejemplo? Es una buena opción. O las luces de colores, o incluso una ristra de luces de Navidad, ancha es Castilla. Personalizar una casa solo tiene un límite, que es el que tú mismo te pongas.