Cuando hablamos de cocinas rústicas siempre hay alguien a quien le late el corazón de una forma especial. En nuestro país existe mucha tradición todavía sobre este estilo, y muchos de nosotros tenemos muy reciente en la memoria el recuerdo de la cocina del pueblo y la casa de nuestros abuelos. No hay que confundir lo rústico con lo viejo, los materiales son sencillos, pero deben usarse con cuidado, la madera, la piedra y la cerámica son los protagonistas. El estilo rústico conserva la esencia de lo antiguo, pero beneficiándose en muchos casos de todas las comodidades de la tecnología actual.
En este libro de ideas te ofrecemos una selección de 16 maravillosas cocinas rústicas que no deberías dejar pasar.
La verdad es que este estilo levanta pasiones. Evoca recuerdos, tradiciones y una vida familiar más cercana y costumbrista. En una cocina rústica no hay complejos a la hora de mostrar los utensilios, los viejos muebles de madera y las vajillas de barro o porcelana. La introducción de un color poderoso como el rojo añade un tono vibrante y apasionado difícil de que pase inadvertido.
En una cocina rústica es frecuente encontrarse con algunos viejos elementos que siguen funcionando hoy en día. Una chimenea con horno de leña, en hierro fundido, puede aportar el carácter tradicional en un ambiente equipado con muebles más modernos y actuales sin que haya ningún tipo de competencia entre ambos estilos. El alma puede ser rústica y el cuerpo adaptarse a las tendencias actuales.
Algunas cocinas de antaño tienen la capacidad de sobrevivir al paso del tiempo sin ser apenas modificadas. Tal es su personalidad, su estilo y su fuerza que uno se resiste a tocarlas. En ellas la tradición se conserva fresca y natural casi como desde el primer momento. Una nueva encimera y algún que otro detalle es más que suficiente para que no pierdan su arraigo.
En este ejemplo vemos una cocina que parece haberse detenido en el tiempo. Seríamos incapaces de situarla cronológicamente porque puede pertenecer tanto a un estilo actual como a un diseño de varias décadas atrás. Es elegante, refinada y con muchísima clase. El contraste de los muebles en negro con las paredes y azulejos en tonos claros habla de un estilo muy bien perfilado y cuidado.
Pensar en una cocina rústica no implica que todos sus elementos pertenezcan a otra época. Podemos obtener el estilo rústico con un pequeño o gran toque como en este caso. En un contexto más bien moderno y vanguardista como revelan los vinilos de la pared del fondo, la presencia de una gran mesa de madera es la responsable de que la cocina desprenda un aroma rústico muy marcado.
Este otro ejemplo nos muestra un espacio abierto a la naturaleza gracias a un gran ventanal. En el interior, la calidez de la madera, combinada con elementos antiguos y modernos, como son los aparadores y las lámparas respectivamente, nos traslada a esa tradición de los rústico que tanto nos gusta preservar hoy en día.
Incluido el perro. Esta imagen nos traslada a una de esas casas de campo de vieja tradición cazadora y en las que, cada año, se solía realizar la matanza, elaborando todo tipo de embutidos. Casi se puede oler el aroma a pimentón y carne curada. Llama la atención la estructura metálica del horno, así como los muebles y armarios en distintas gamas de verdes azulados.
En algunos casos, la añoranza del estilo rústico está muy cerca de una atmósfera romántica. La muestra más clara es este mueble aparador, en un diseño completamente vintage, que resulta tremendamente encantador. En él vemos la cocina y el fregadero que pueden ser ocultados de la vista al cerrar las puertas del cuerpo superior. Para enamorarse.
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