Una jaula de cristal abierta al cielo

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Maison B1, Vincent Coste Architecte Vincent Coste Architecte Casas
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¿Has soñado alguna vez con vivir en un lugar desde el que puedas contemplar el firmamento? Sin techo, sin paredes, sin puertas ni ventanas… Esta visión que a primera vista parece utópica es la que nos viene a la cabeza gracias al proyecto llevado a cabo por el arquitecto Vicente Coste. El diseño de esta vivienda incluye amplias ventanas y muros de vidrio que harán que sus habitantes se sientan casi como en el exterior. 

El clima agradable, y mayormente soleado, del sur de Francia permite a los inquilinos disfrutar de fabulosas vistas al cielo azul durante la mayor parte del año. ¿Quieres saber cómo han utilizado el vidrio en esta vivienda? Continúa leyendo, empezamos. 

Un volumen de geometría sencilla

Una vivienda paralelepípeda aparece en la primera fotografía. Desde el comienzo podemos apreciar el peso que el vidrio tendrá en esta moderna vivienda. En la fachada, las contraventanas abren el interior de la casa a el jardín y a la terraza.

Prepararos para entrar a su interior. 

Vidrio de suelo a techo

Estamos dentro, pero sin embargo nos sentimos al aire libre. El crear esta sensación es exactamente la proeza del arquitecto que ha conseguido que nos sintamos en el exterior a pesar de estar protegidos bajo,  y entre, cuatro paredes. La puerta de entrada es completamente de cristal, como el techo y el suelo que nos dejan ver a través de ellos. 

El resto del pavimento ha sido revestido con unos diminutos azulejos de color tierra que consiguen crear continuidad entre el interior de la vivienda y la terraza. 

Espacios luminosos

Los espacios interiores se inundan de luz y no solo gracias a las ventanas. Los sanitarios de color blanco y la decoración de la estancia convierten este baño en un espacio bonito pero también elegante, refrescante y luminoso. La nota divertida la pone la escultura principal y la mecedora promete tardes de relax tanto dentro como fuera de la bañera. 

Un patio fantástico

El sol empieza a esconderse y el cielo se tiñe de un tono azul oscuro. Desde el interior de nuestra casa de cristal podemos admirar la evolución del firmamento y una vez llega la noche las distintas habitaciones de la casa se iluminan en un espectáculo de transparencias y medias vistas gracias a los elementos translúcidos. 

Un oasis de luz

Al mirar la vivienda desde el exterior vemos como el ocaso la ha transformado en un oasis chispeante de luz rodeado de oscuridad. A pesar de las superficies de vidrio, la intimidad de los espacios interiores se no se ha sacrificado gracias al acertado diseño.

Que envidia nos dan los inquilinos que pueden quedarse dormidos contemplando las estrellas sin tener que preocuparse por las picaduras de mosquito. 

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