10 hábitos que hacemos todos los días en casa (y que nos hacen gastar de más)

Xóchitl Díaz Xóchitl Díaz
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Todos los seres humanos nos desenvolvemos con múltiples hábitos, lo queramos o no, hay acciones que realizamos porque lo hemos normalizado, y aunque el resto de las personas nos indican que no es del todo correcto, nos cuesta ver en ese acto algo malo o erróneo.

El hogar es uno de los lugares donde con mayor frecuencia se tienen hábitos, muchos ayudan a tener todo limpio y ordenado, pero algunos atentan contra el ahorro, ya sea de electricidad o de agua.

¿Cuando de estos hábitos poco ahorrativos harás en tu casa? ¡Descubrámoslo ahora!

No cerrar la llave del lavaplatos

En la cocina todo es prisa y ajetreo cuando se está cocinando, y esto conlleva a que resulte fácil dejar el grifo abierto, ya sea porque creemos que rápido volveremos a lavar algún traste o porque nuestras manos están ocupadas partiendo los vegetales que acabamos de limpiar. Pero siendo críticos, el agua que se desperdicia de esta manera es mucha, y sólo porque no destinamos tres segundos a cerrar la llave, mejor hagamos un nuevo hábito: abrirla hasta que tengamos todo listo para ser lavado, y cerrarla antes de comenzar a hacer otra cosa.

Dejar la TV prendida

Este hábito es recurrente en los pequeños del hogar, aunque también los adultos lo hacemos, consiste en dejar la TV prendida cuando salimos de la sala. Lo mejor es apagarla, no importa que la volvamos a pender 5 minutos después, porque este hábito se fomenta debido a que creemos que volveremos rápido a verla, pero por una u otra cosa nos entretenemos y cuando nos damos cuenta el televisor lleva horas encendido sin entretener a nadie.

Tener el ventilador encendido siempre

Sobre todo en zonas del país donde el calor y la humedad son constantes, es común que cada habitación tenga un ventilador de techo. Este fabuloso artículo es tan útil que en verdad se agradece poder encenderlo rápidamente con el interruptor de luz o jalando una cadena, pero, alejémonos del hábito de tenerlo prendido todo el día, mejor aprovechemos que es rápido de activar para encenderlo sólo cuando en verdad lo necesitemos.

No prestarle atención a la lavadora

La lavadora, nuestra tan amada aliada en la limpieza de la ropa puede ayudarnos a generar un hábito poco eficaz para ahorrar electricidad, y es que cautivadas y cautivados por lo práctico que es meter la ropa sucia, elegir un ciclo de lavado o dejarla ahí hasta que lleguemos a apagarla, pueden pasar horas y más horas sin que regresemos al lugar donde tenemos la lavadora y la apaguemos por completo.

Quizá sea una maravilla hacer otras cosas mientras la ropa queda limpia, pero no nos cuesta nada poner alarma en nuestro celular para ir inmediatamente cuando acabe el ciclo a sacar las prendas y agradecerle a esa maravilla de electrodoméstico dejándola descansar.

Llenar la tina de baño todos los días

Tomar un baño de tina, como popularmente se conoce al acto de ducharnos sumergidos en una linda bañera que nos cubre todo el cuerpo con agua tibia, es una de las actividades más placenteras que podemos disfrutar en la comodidad de nuestro hogar, pero no diario. Así es, no es un buen hábito para el ahorro de agua el hecho de diario querer bañarnos sumergidos en nuestra bañera, que que el agua que se requiere para eso es mucha. 

Y si aunado a este hábito realizamos otro que es no ocupar esa agua para otra cosa, dentro de una semana habremos gastado tantos litros que si hacemos la cuenta, nos sentiremos muy culpables.

Tener las lámparas de la recámara prendidas durante el día

Las lámparas ubicadas encima de nuestros burós de la recámara nos permiten tener una atmósfera romántico durante la tarde y noche, así como también nos brindan la luz necesaria para esas lecturas placenteras antes de dormir, y de hecho es un muy buen hábito usar esa luz en lugar de prender el interruptor principal. El hábito que ya no es tan amigable con el ahorro de energía es cuando queremos tener esas lámparas prendidas también durante el día, ¡mejor aprovechemos la luz del sol!

No limpiar con frecuencia el refrigerador

En apariencia nuestro refrigerador puede lucir brilloso, limpio e inmaculado pero, ¿cómo está por adentro? Esto lo preguntamos porque muchas personas, y nos incluimos, no tenemos el hábito de limpiar con frecuencia el interior de este electrodoméstico, sobre todo el congelador, pensamos que no es tan importante, pero sí lo es. Entre más hielo y cosas tenga nuestro refrigerador adentro, mayor energía eléctrica demandará y eso se traduce en una recibo de luz más elevado; de por sí el refrigerador es un artículo que ocupa demasiada energía.

Dejar la luz exterior prendida toda la noche

Este hábito se volvió muy común en todos los hogares debido a la seguridad, es decir, para que no les sea sencillo a los amantes de lo ajeno acercarse a los hogares de noche sin ser vistos, se optó por dejar encendidas toda la noche las luces de la entrada; pero a ciencia cierta, se gasta bastante energía eléctrica. Mínimo 8 horas continuas de ahorro podrías tener si inviertes en luces con sensores, éstas sólo se penderán cuando algún se acerque.

Regar el jardín con manguera directamente

No es un mal hábito regar con manguera las plantas del jardín, lo que ya no es tan eficaz para el ahorro es dejar la manguera sola por varias horas, porque no sabemos cuánta agua están absorbiendo nuestras plantas y cuánta ya sólo se está tirando. Mejor modifica un poco este hábito con ayuda de una boquilla tipo regadera y tu presencia en todo momento, así te darás cuenta cuando ya es suficiente y se debe cerrar la llave.

No apagar la luz de baño

El baño en un áreas a la que entramos por periodos cortos de tiempo, así que el hecho de dejar la luz prendida implica que habrá horas donde esté iluminando un lugar que no está siendo ocupado, lo que se traduce en desperdicio de energía eléctrica. Para ahorrar aquí, tendrás que fomentar un nuevo hábito: apagar la luz al salir. De hecho puedes hacer más fácil este cambio creando una ventana en la habitación, ésta permitirá que durante el día entre la luz y cuando ocupes el baño ni siquiera sentirás las ganas de prender el foco.

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