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Los talentosísimos profesionales de Bórmida & Yanzón Arquitectos nos traen otro proyecto que nos deja sin aliento. Con 4.700 M2 de área, The Vines Resort & Spa descansa con gracia sobre la gran llanura de Vistaflores, en Tunuyán, Alto Valle de Uco, un escenario al pie de la Cordillera de los Andes que no podría ser más espectacular.
Los arquitectos no sólo se ocuparon de la arquitectura del resort, sino también del interiorismo que un impecable estilo moderno con toques rústicos, receta que les ha funcionado de maravilla en otras oportunidades, como podemos ver en la Cervecería Patagonia.
Fieles a sus raíces, los creadores de este proyecto han tenido como meta reinterpretar los espacios abiertos tradicionalmente mendocinos y andinos, creando una comunión entre exterior e interior valiéndose de galería, patios y jardines. En contacto directo con la naturaleza, respetando el protagonismo absoluto del paisaje y con una impronta contemporánea e inspiración en el estilo moderno, The Vines Resort & Spa se funde con su entorno en completa armonía.
En esa pausa plana, que representa la llanura de de Vistaflores, en Tunuyán, Alto Valle de Uco, el resort emerge con sus bien cuidados viñedor y el impactante fondo cordillerano que le sirve de telón. El proyecto se distribuye en un edificio principal, rodeado de las casas de los huéspedes. El conjunto está orientado de tal forma, que contempla la imponente cordillera.
El edificio principal se distribuye en recepción, lounge, bar, restaurante interior y exterior, cava de vinos y servicios. Desde el hall de entrada se proyecta hacia la pileta y más allá hacia un paisaje de viñedos y más atrás las montañas.
En una sucesión de volúmenes cúbicos, con techos planos, el edificio principal se proyecta hacia el agua, ya sea de la pileta o de la laguna que se encuentra frente al restaurante exterior. Se aprecian las terrazas y galerías que se entrelazan con los espacios interiores, en una danza perfecta.
A las líneas depuradas y la severidad de las paredes simplificadas y las formas funcionales y geométricas, todas características típicas del estilo moderno, se le suma un cierto sabor criollo, representado en las rústicas texturas y el uso de la piedra en revestimientos. La naturaleza siempre está presente, en los materiales y en las obras de arte que adornan los espacios.
Los pisos se resolvieron en madera, porcelanato y cemento, buscando crear un eco entre los colores de la naturaleza, especialmente de su vegetación. Diversos detalles de fuerte impronta artesanal, nos hablan de una integración con la cultura mendocina que le otorga calidez a los diferentes espacios.
La cocina abierta del restaurante de Francis Mallmann garantiza tener el suficiente lugar para sus siete fuegos. Fue una colaboración entre el célebre chef y los arquitectos, que dio lugar a un espacio único.
En Mendoza no pueden faltar las bodegas con lo mejor del vino local. Esta cava forma parte del restaurante y se la conoce como la Cava Siete Fuegos de Francis Mallmann.
El área de la pileta es otro ejemplo de la maravillosa integración con el paisaje que estos arquitectos son capaces de lograr en todos sus proyectos. Decks de madera y muebles que se mimetizan con los colores del entorno agreste.
Aprovechando los techos planos, se crearon terrazas panorámicas en las casas de los huéspedes, para disfrutar mejor de las impresionantes vistas. Los muros se cubrieron de piedra local fraccionada, con el fin de mostrar mayor riqueza de aristas, colores y texturas, como si imitaran la cordillera cercana.
Todas las casas tienen áreas sociales integradas a la cocina abierta con barra. Se mantienen las características del interiorismo que ya habíamos visto en el edificio principal, una decoración esencialmente moderna con claves rústicas aquí y allá.
La fluida relación in & out, se mantiene en las casas, con galerías y terrazas que conectan el exterior con los espacios interiores.
Los baños son nada menos que sensacionales, con un área interior y otra exterior. Los acabados en cemento pulido se condicen con el resto de los espacios interiores y casan tanto con la impronta moderna, como con los aires rústicos.
La bañadera ubicada en una pequeña terraza con deck es el espacio ideal para disfrutar de un baño de inmersión mientras se contempla el paisaje mendocino.
Las casas cuentan además de con galería con un solarium en notas muy similares al del edificio principal frente a la pileta. Deck de madera rústica y reposeras en tonos crudos que nuevamente reflejan la paleta de la llanura.
Con los viñedos a un lado y el telón cordillerano del otro, el edificio moderno que alberga el gimnasio es una obra de arte de arquitectura contemporánea por sí mismo. Se trata de un volumen suspendido sobre una armazón que los sostiene a la par que lo proyecta al extender el piso y el techo más allá de sus límites materiales.
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