Tapizar sillas y sillones: una nueva cara para tu salón

María Bausán María Bausán
Chairs and Pouffe, Misty Interior Misty Interior Livings
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A la hora de decidirnos por un sofá, unos sillones orejeros o unas elegantes butacas, son muchos los elementos que hay que tener en cuenta: materiales, precio, comodidad, acabados… ¡y también el tapizado! Hoy nos centramos en este último aspecto, ya que las telas con las que cubrimos los sofás o las butacas dan personalidad a estos muebles y por ende a toda la habitación. No es lo mismo tener un sofá tapizado con un viejo diseño a cuadros que con un colorido estampado kitsch, como no es igual tener unas butacas con tapizado étnico que con un dibujo infantil. Por esta razón, si hemos decidido que es el momento de cambiarle la cara a nuestro salón, podemos llevarlo a cabo sin rascarnos demasiado el bolsillo cambiando simplemente el tapizado de algunos muebles. Por otro lado, esta es una buena manera de darle una nueva vida a las viejas sillas y conseguir que tengan un aire más moderno y personal. 

Pero a la hora de cambiar un tapizado son muchos los factores a tener en cuenta: ¿merece la pena invertir en la pieza o es ya bastante vieja? ¿Nos animamos a hacerlo nosotros mismos o encargamos el trabajo a un profesional? ¿Qué tipo de tela elegimos? ¿Y de estampado? Para evitar que te vuelvas loco con todas estas preguntas, en homify hemos decidido contestarlas paso a paso.

#1 ¿Cuándo merece la pena retapizar los muebles?

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Lo primero que debemos preguntarnos a la hora de retapizar una silla o sillón es si merece la pena hacerlo. En muchas ocasiones los muebles son tan viejos que el precio de ponerlos a punto será superior que el valor de la pieza. Para que el trabajo valga la pena hay que calcular que el precio del tapizado no superará el 40% del precio total del mueble.

También hay que analizar las posibilidades que tiene el mueble y lo que podría ganar con un nuevo tapizado. Es el caso de estas butacas de corte clásico, a las que, con una combinación de colores más eléctrica y moderna, se las ha conseguido dar una nueva vida, mucho más acorde con el estilo actual de decoración.

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Pero si la pieza es un mueble antiguo resulta más difícil calcular el valor de la misma, ya que entran en juego otros factores, como el significado personal del mueble o el diseño. En ese caso, más que el precio en dinero, debemos analizar el estado en el que se encuentra, ya que muchas veces necesitaremos algo más que un tapizado para renovar la pieza. Si la pieza tiene partes de madera, como puede suceder si lo que estamos retapizando son unas sillas, es más que probable que sea necesario restaurar también esta parte, barnizándolas o pintándolas de nuevo, dependiendo del efecto que queramos conseguir.

Este conjunto de sillas clásicas que vemos en la fotografía es un buen ejemplo de lo que, con una mano de pintura y un cambio en la tapicería, se puede conseguir. Estas sillas han pasado de presidir salones antiguos con olor a naftalina a ser las estrellas de los comedores más modernos.

#2 Elegir tapicería: material

Una vez tomada la decisión de retapizar un mueble, llega el momento de escoger la nueva tela, y aunque esta parece la parte más divertida, el catálogo donde elegir es tan amplio que, si no tenemos las cosas muy claras, podemos acabar volviéndonos locos.

Lo mejor es empezar por el material con el que queremos forrar nuestros sillones o butacas. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es el uso que vamos a hacer de ese asiento. No es lo mismo que retapicemos una butaca para una entrada, que apenas vamos a usar, que un sillón orejero para el cuarto de los niños. En el primer caso podremos elegir una tela más delicada, mientras que en el segundo será más importante tener en cuenta la resistencia y facilidad en el lavabo. Lo ideal es tapizar los sillones con lona, lino grueso o telas sintéticas, ya que las telas de algodón muy finas se desgastarán rápidamente.

No sabemos cuál será el destino de estas dos butacas vintage de diseño nórdico, pero lo que está claro es que en su elección, además del tipo de tejido, se ha tenido en cuenta la sutil combinación de colores -azul, amarillo- y su contraste con el bello color de la madera.

#2 Elegir tapicería: tonalidades y colores

Dos aspectos a tener en cuenta, además del tipo y la calidad del material, es el tono de los colores. Pensemos en cómo tenemos decorado el salón y en cuáles son los tonos que priman y en cuáles pueden servirnos de contraste. Una idea para no equivocarnos es pedir muestras de los tejidos y llevárnoslas a casa para poder comprobar in situ el efecto.

Pero una vez escogida la tela, ¿cuántos metros debemos comprar? A bote pronto, un sofá de dos plazas necesita alrededor de 10 o 12 metros de tela, o entre 14 y 16 metros si es de tres plazas. Las butacas requieren unos 2 o 3 metros de tela y las sillas apenas un metro, claro que todo dependerá de si tapizamos asiento y respaldo o solo asiento. Una opción para la tela que nos sobre es utilizarla para otras cosas, como ocurre en este coqueto sofá esquinero, donde se ha reutilizado la tela del tapizado para hacer un cojín decorativo.

#2 Elegir tapicería: estampados que cambian los muebles

Hemos hablado de las tonalidades de la tapicería, pero ¿qué pasa con el estampado? Este será el que realmente defina nuestro mueble y el que le dé personalidad al mismo. A la hora de renovar un mueble antiguo deberemos plantearnos si queremos escoger un estampado que mantenga la línea clásica y continuista del mismo o si queremos darle un cambio de 180° tapizándolo con un estampado más atrevido que cambie totalmente su estilo.

Para escenificarlo hemos escogido dos ejemplos que nos muestran cómo los estampados determinan el estilo del mueble. Por un lado, os mostramos estas dos butacas de línea barroca, con patas cabriolé y alto respaldo a las que se ha retapizado con un moderno y desenfadado estampado de formas orgánicas, consiguiendo un efecto vintage pero al mismo tiempo muy moderno.

El caso contrario es el de esta butaca con un diseño muy futurista, en forma de huevo que, sin embargo, ha sido retapizada con un tejido de terciopelo y estampado cachermir. El resultado es un sillón que ha cambiado su estilo, siendo ahora mucho más clásico, serio y elegante.

#3 ¿Cómo tapizar un sillón?

La opción más sencilla a la hora de retapizar un sillón es ponernos en manos de un profesional, pero si somos mañosos y tenemos las herramientas apropiadas podemos hacerlo nosotros mismos. Para empezar comprueba si tu sofá o sillón está sujeto por grapas o por tachuelas, ya que tendremos que usar el mismo método a la hora de retapizarlo. Si lo hacemos con grapas, no estaría mal hacerse con una grapadora industrial, ya que lo haremos más rápidamente y con menos esfuerzo que si lo realizamos con una manual.

Procura tener siempre tela suficiente o, en su defecto, bastantes retales para poder hacer un tapizado tipo patchwork, como el que vemos en estas dos butacas y el puff.

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Una vez manos a la obra utiliza las viejas piezas de tela como patrón para las nuevas y recuerda montar la tapicería siempre en orden inverso al desmontaje. Es decir, la primera pieza que debes colocar es la última que retiraste. Lo mejor es que cuentes con la ayuda de un colaborador que te ayude a mantener la tela tirante mientras se produce el grapado. Este es el secreto para que el tapizado quedé lo más profesional posible: buen trabajo en equipo y mantener la tela tirante.

#4 Mantenimiento

Estrenar tapizado es como estrenar sillón, por lo que los primeros meses estaremos muy preocupados por la limpieza y mantenimiento del mismo. Pero a medida que pase el tiempo bajaremos la guardia y tarde o temprano acabaremos encontrando manchas no deseadas o desperfectos que nos harán llevarnos las manos a la cabeza. Por eso, no viene mal leer algunos consejos sobre cómo mantener en buen estado el tapizado de nuestros muebles.

Todo dependerá del tipo de tela que hayamos elegido, pero debemos saber que es conveniente pasar la aspiradora una vez cada semana o cada quince días y así evitar que el polvo se acumule en su superficie. En caso de que la tela sea delicada, como ocurre en esta preciosa butaca, donde los estampados son de hilo y un programa fuerte de la aspiradora podría arrancarlos, lo mejor es pasarle un plumero de vez en cuando o, si cogemos la aspiradora, escoger un cabezal menos agresivo para no estropear el tejido.

Pero, ¿qué hacemos con las manchas? Imaginaros que en esta antigua butaca de madera ha caído una mancha de grasa. Lo mejor es tratar de solucionar el problema al instante, puesto que así evitaremos que la butaca absorba la mancha y sea ya imposible quitarla. Lo ideal es utilizar un limpiamanchas en seco y frotar suavemente con un paño.

En cualquier caso, todo depende del tipo de tela, por lo que, como ves, tenía mucho sentido lo que decíamos al principio de nuestro artículo: si vas a ser tú el que elijas la tela para retapizar tu sofá o butaca, póntelo fácil y elige las que sean más sencillas de limpiar. Cuando llegue la temida mancha de grasa, que llegará, acabarás agradeciendo el consejo.

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